El primer papa americano de la historia falleció esta mañana en la Casa Santa Marta tras una prolongada enfermedad, dejando un legado de reformas y compromiso con los más necesitados.
El Papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio) falleció este lunes a las 7:35 horas (5:35 GMT) en su residencia de la Casa Santa Marta, según anunció el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrel en un emotivo mensaje televisado. El pontífice de 87 años, quien llevaba semanas convaleciente por una neumonía bilateral, había sorprendido al aparecer ayer para la bendición Urbi et Orbi, en lo que ahora se confirma como su última aparición pública.
Farrel, visiblemente afectado, destacó que la vida del Santo Padre estuvo «dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia», recordando su compromiso con los pobres y su labor reformista. El anuncio se realizó desde la capilla de la residencia papal, acompañado por el secretario de Estado Pietro Parolin y otros altos cargos vaticanos.
Últimas horas del pontífice
En sus últimas 24 horas, Francisco mantuvo una audiencia privada con el vicepresidente estadounidense JD Vance para intercambiar saludos pascuales, según confirmó la oficina de prensa del Vaticano. Ayer domingo, desafiando su frágil salud, recorrió la Plaza San Pedro en papamóvil, bendiciendo a fieles y niños con visible esfuerzo.
Ha fallecido el Papa Francisco a los 88 años de edad.
— ceciarmy (@ceciarmy) April 21, 2025
Recordemos el consejo que le dio a una pareja pic.twitter.com/YagfzbutRf
Proceso sucesorio
Con este fallecimiento, inicia el periodo de Sede Vacante, durante el cual el camarlengo asume las funciones administrativas hasta el cónclave que elegirá al sucesor. Francisco, quien gobernó la Iglesia desde 2013, deja un legado marcado por su énfasis en la misericordia, la apertura a divorciados y la lucha contra los abusos clericales, aunque algunas de sus reformas quedaron inconclusas.
El Vaticano confirmó que los funerales se realizarán en los próximos días, mientras el mundo católico y líderes globales comienzan a rendir homenaje al primer papa jesuita y no europeo de la historia moderna. Su última enseñanza, dada ayer desde el balcón de San Pedro, fue un llamado a la paz mundial y la fraternidad humana.
